Hay días en los que la vida es un paisaje nevado. Uno contempla el suelo y puede ver en él la caligrafía del pasado. Sobre el blanco una intersección de historias que tal vez se buscan.
Salir a la calle es abrirte al mundo de los encuentros. Una cosa son las citas y otra, muy diferente, los encuentros. Aquella mañana de febrero de 2021, como el resto de los días que estoy en ese lugar, cojo mi Leica y salgo a caminar. No soy un caminante. La verdad es que andar, sin más, no me atrae. Tal vez sea por unos pies defectuosos. Los únicos momentos en los que caminar tiene sentido es cuando me acompaña alguna de mis cámaras. No las fuerzo. Tampoco me fuerzo. Tal ve